Un seguro de vida ayuda a tus seres queridos a cubrir gastos que tengan o que puedan llegar a tener en el futuro en el caso de que ya no cuenten con tus ingresos.
Estos son algunos de los gastos inmediatos y cotidianos más comunes que la gente cubre con un seguro de vida:
- Costos de servicios funerarios
- Costos de sucesión
- Facturas médicas pendientes
- Seguro médico
- Hipoteca o renta
- Gastos de mantenimiento del hogar
- Deudas en tarjetas de créditos
- Préstamos de autos
- Impuestos inmobiliarios
- Facturas de impuestos pendientes
- Compras del supermercado
- Servicios públicos
- Gastos del cuidado de niños
- Colegiatura de escuela privada
- Costos para continuar con un negocio familiar
- Donaciones caritativas a templos de culto u organizaciones benéficas
Además de mantener el estilo de vida que tus seres queridos llevan ahora, un seguro de vida también ayuda a garantizar su futuro. Estos son algunos de los gastos no inmediatos que cubren los seguros de vida:
- Futuros costos de la universidad
- Jubilación de cónyuge o concubino
- Herencia planificada
- Proyectos benéficos especiales como un fondo conmemorativo
Como puedes ver, un seguro de vida les brinda a tus seres queridos un respaldo financiero sólido para distintas cosas en el caso de que mueras de forma inesperada.
Cobrar un seguro de vida lleva entre 30 y 60 días y, a diferencia de la mayoría de las formas de ahorro, las prestaciones casi siempre están exentas de impuestos. Además, tomar un seguro de vida es más fácil y accesible de lo que la mayoría de la gente piensa. La mejor forma de hacerlo es hablar con un agente de seguros acreditado que te acompañe en todo el proceso. Si no tienes un agente o asesor con quien hablar, puedes usar nuestro buscador de agentes. También puedes hablar directamente con una compañía de seguros. Estos son los socios comerciales que apoyan nuestra misión sin fines de lucro y pueden ayudarte a contratar una cobertura directamente o a través de uno de sus agentes o asesores. La clave es dar el paso hoy mismo.